viernes, 2 de octubre de 2009

VAMPIRO 2/1

Pero George, tenia en su haber la muerte de un par de abogados mediocres, que deprimidos habían terminado con su vida, y tenia como principal proveedor, un asesino serial que andaba matando prostitutas con mucha tortura, y debido a su gran grado de dolor se entregaban placidamente cuando el llegaba a quitarles el alma. Pero esto había ido cambiando poco a poco y este reunión era la forma mas extraña que tenia el destino de flagelarle las espaldas, porque todos notarían que sin Zóe decaería su casería y el sabia, como lo sabían todos los demás que un vampiro de su clase, sin almas en su haber, se esfumaba.




Y aun estos mezquinos seres se vuelve egoístas, buscando como parásitos, su alimento siempre tiene un lugar para pensar y para amar, o al menos eso era lo que él pensaba siempre, que era un ser despreciable que robaba las vidas humanas para vivir y que ahora estaba mas solo que nunca, pero el verdadero dolor no se lo producía que la pequeña no estuviera con el, sino el hecho de ser consciente de la clase de ser que era. Y aunque la noche caía y aun cuando los relatos duraron horas, él solo podía pensar que se había perdido de algo en el camino; después de todo había sido capaz de amar a un mujer humana.



Y cuando por fin se fueron, cuando al final cesaron las risitas de Viktoria, y las insinuaciones infructuosas de Noah, cuando solo Angelique lo miraba a modo de despedida, George, camino recorriendo su casa, pensando en la manera en la cual ella no había mirado, cuando al despertar de “la operación”, se encontraba sana de nuevo, aunque exangüe, bella y sin saber que tan cerca había estado de morir en sus garras (bueno, las garras del lobo en el que se convirtió para devorar el cáncer). Ella, inocentemente se había dormido tomada de su mano, y fue cuando lo decidió.



Una niña humana no debía amar a un ser que le llevaba siglos, y que antes le mataría, con su sola presencia, así que simplemente, la dejo ir, borro su memoria (arte que Angelique le había enseñado) y salió de su casa, y vago hasta llegar a la suya, apenas consciente que había llorado y que tenia su hermoso traje destrozado.



Este era su castigo por haber amado, por haberse entregado a una mortal, dolía, quemaba, ardía, tan dentro, de tal modo que deseo, por unos minutos, ser hombre de nuevo y dejarse morir; pero era ya imposible, así que seguiría, extiendo, matando, cazando, alimentándose de almas, de deseos, de alegrías, pero sobre todo del dolor humano, andaría de nuevo por las oscuras calles de la capital, molido por la perdida, pero hambriento, mezquino, perverso, y hermoso. No temía masque a si mismo, así que no esperaba un castigo divino, el era su dios, inmortal, poderoso y terrible, e igual de arbitrario que los dioses de la antigüedad.



Si alguna vez fuese castigado, seria ahora, cuando aun sabiendo lo que era, decidía seguir existiendo, cuando consciente de haber alejado de si lo único bueno que tenia, caminaba y devoraba sin temor, solo dolor, y hambre. Y el hambre le hacia saber que era hora de cazar, sabia bien lo que venia, el ciclo comenzaría de nuevo y en un año, las estadísticas hablarían del alto índice de suicidios entre las jóvenes estudiantes, y de los políticos y adinerados y aun, de los maduros hombres de negocios. Si, dolía, cargaría con ello, pero el era un vampiro. Y como tal seguiría su existencia.

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